
Los saltos de agua son uno de los mayores atractivos del paraje del Monasterio de Piedra, aunque no el único, y sin lugar a dudas la cascada más conocida para todos sea la famosa "Cola del Caballo". Pero para este espacio he elegido la cascada "Caprichosa", su nombre es más que seguro que provenga de su forma de mojar a los que la contemplan, según sople la brisa ligeras cortinas de agua se desplazan formando bellísimos arcos iris que embelesan al visitante y tontamente, cual "calabobos" invernal, pone como una sopa a los que descuidadamente observamos, y si no que se lo pregunten a estas dos señoras.
"El agua, fuente de vida, preciado e incomprendido tesoro que hay que salvaguardar para las generaciones venideras"